La naturaleza de la guerra ha cambiado drásticamente con el auge de las nuevas tecnologías, involucrando nuevos campos de batalla: la mente de los ciudadanos. Tanto potencias internacionales como grupos no estatales han entendido así el potencial de la guerra cognitiva, arma que han empleado indiscriminadamente para manipular los canales de información, sembrar desconfianza y socavar la moral, la fuerza de voluntad y la capacidad de decisión del enemigo. Investigación tanto profesional como académica sobre el tema mencionado.