En el universo de las grandes corporaciones, la seguridad no es solo una capa extra de cifrado o unos cuantos firewalls. Es como diseñar un sistema operativo que se ejecuta a la perfección con las apps que defiende. Los devs son los MVPs ocultos en este juego: si sus controles de seguridad no están bien alineados, tu SOC se va a llenar de falsos positivos como si fuera un log mal rotado. Pero cuando todo encaja, controles como el drift control son tu superpoder: hacen que la carga del SOC baje más rápido que un pod caído en Kubernetes.
En esta sesión, vamos a debuggear el proceso de llevar la seguridad al lado izquierdo del ciclo de desarrollo (shift-left), demostrando cómo esto permite escalar la detección de amenazas sin que el sistema (o tu equipo) entre en pánico.
Al fusionar el mindset de los devs, que piensan en optimización y eficiencia, con la paranoia constructiva del equipo de seguridad, puedes crear una infraestructura de seguridad que escala más rápido que tu stack de microservicios y se adapta a entornos más complejos que tus YAMLs más rebuscados.